Descripción de la obra
____________________________________________________________________
Resulta sorprendente ver cómo el fruto del pimiento, introducido hace escasamente cuatro siglos desde el Nuevo Mundo, ha arraigado de una forma tan cotidiana en en nuestra cultura cotidiana culinaria. Desvinculado por completo del exotismo que supone su procedencia -y que otros frutos aún mantienen- el pimentón es usado a nivel doméstico como parte de nuestra dieta tradicional. Asociado a su fin principal de actuar como modificante del color, aporta un matiz de sabor y olor característico, que hacen que el pimentón sea casi, sin lugar a duda, la especia más consumida. Quizá su uso se popularizó por su capacidad de encubrir defectos o quizá por ser más atrayente una cocina limitada en tonalidades. Tal vez fue que, entre todos los condimientos procedentes de lejanísimas tierras y con precios elevados, por fin apareció una especia asequible, y que cumplía perfectamente con la exigencia de aportar matices nuevos y diversificar, al menos visualmente, lo monótonamente cotidiano. Hoy en día se exige algo más, definir la calidad.