Quienes trabajan en la industria viven en un mundo sofocado, donde la parte de libertad e iniciativa depositada en cada uno se desvanece. El hombre se siente minúsculo, limitada su iniciativa y responsabilidad, no sólo en los planos de base, sino incluso en los mandos medios, en los propios técnico y también en cierto nivel de dirección. Limitada su responsabilidad se mecaniza, por lo que debe originarse una reacción para abrir una compuerta en este mundo sofocado, concediendo a cada uno un cierto caudal de iniciativa, libertad y responsabilidad, que le permite obrar humanamente. Aquella complejidad y concentración tienden a crear un mundo aislado, donde los hombres comparten un ámbito común, pero se ignoran recíprocamente, carebçntes de relaciones en dimensión humana y no meramente técnica.